EL PALEOLÍTICO Y LAS SOCIEDADES RECOLECTORAS.
El surgimiento de la vida humana marca el inicio del Paleolítico. Somos herederos de aquellos primeros seres humanos que durante este largo período fueron experimentando cambios físicos y provocando avances de la cultura en el proceso de adaptarse a un medio ambiente cambiante, habitar nuevos espacios y adaptarlos para satisfacer las necesidades.
EL LARGO CAMINO DE
Los Australopitecus.
Hace entre 6 y 2 millones de años, aparecieron en el este de África unos homínidos, los australopitecos, de estatura y cerebro pequeños, pero con dos rasgos novedosos: caminaban sobre dos piernas y tenían colmillos pequeños.
Los Antecesores del género humano fueron los Australopithecus, especies de homínidos(son una familia de primates hominoideos, que incluye al hombre y sus parientes cercanos, orangutanes, gorilas, chimpancés y bonobos ) que dieron un paso crucial en el camino evolutivo; el bipedismo, es decir, el hábito de caminar en dos pies.
Algunos científicos sostienen que hace unos 6 millones de años; el clima se hizo más cálido y disminuyeron los bosques. Para desplazarse en un terreno más abierto se fueron adaptando a caminar en dos pies, lo que además les dejaba las manos libres para recolectar alimentos. En un ambiente más cálido, además, la posición erguida permite mantener en el cuerpo una temperatura más fresca, ya que hay menos superficie expuesta para absorber el calor solar.
Se desplazaban en grupos y comían vegetales. Se han encontrado restos de diversos tipos de Australopithecus, todos ellos en África, tanto en la región este (Etiopía y Tanzania) como en el sur (Sudáfrica).
Los Homo habilis
Hace 2,5 millones de años apareció otro grupo, el Homo habilis, así denominado porque sus miembros fueron los primeros capaces de fabricar instrumentos de piedra, con los que podían despellejar a los grandes animales muertos (carroñeando) o cazar animales pequeños. Con cerebro algo más grande y mayor estatura que el grupo anterior, este fue el primer representante del género Homo.
Vivieron en la sabana africana. Se desplazaban en grupos y subsistían como recolectores y carroñeros. Con piedras, cuyos bordes quedaban afilados al golpearlas, podían desenterrar raíces y tubérculos, despedazar animales que encontraban muertos, cortar la carne y romper los huesos para sacar la médula, rica en fósforo.
El uso de herramientas coincidió con el aumento del cerebro, estimulado por el consumo de fósforo y también por el hecho de realizar actividades grupales. Compartir la comida y vivir en común facilita la transmisión de información y es la base del lenguaje. El Homo habilis no tenía lenguaje articulado pero debió comunicarse de forma diferente al gruñido de los animales.
El Homo erectus
Alrededor de hace 1,8 millones de años, y como evolución del Homo habilis, surgió el Homo erectus, con un cerebro mayor (1.000 cm3) y con la habilidad para construir nuevas herramientas de piedra, llamadas bifaces (hachas de mano).
Fue el primero que aprendió a encender y a usar el fuego. Los grupos de Homo erectus, siguiendo migraciones de animales, salieron por vez primera de África y se dispersaron por Asia y Europa. Los establecidos en Europa, con algunos rasgos propios, se conocen como Homo heidelbergensis.
El Homo habilis evolucionó hacia un tipo humano dotado de un cerebro mayor al que se ha denominado Homo erectus (hombre erguido), nombre inadecuado ya que no fue el primer bípedo.
Elaboraron herramientas más complejas y aprendieron a usar el fuego, lo que les permitió ser cazadores, así como explorar hábitats más fríos.
El homo erectus fue la primera especie cuyos miembros emigraron de África para extenderse por Europa y Asia.
Con el dominio del fuego, hace unos 750.000 años, se convirtió también en la primera especie en tener a su disposición una fuente de energía extrasomática, es decir, una fuente de energía producida utilizando recursos externos al propio cuerpo.
EL HOMO SAPIENS
El Homo sapiens surgió en África, a partir de los Homo erectus más avanzados que allí vivían. El tamaño de su cerebro y sus características físicas no diferían mucho de las nuestras.
Hace unos 200.000 años, en una segunda ola migratoria, algunos grupos dejaron África y se extendieron por Europa y Asia. A ellos se les conoce como “hombres de Neanderthal”. Vivieron en plena época glacial, en un paisaje de tundra, y se adaptaron a un clima muy frío. Eran macizos y fuertes y se convirtieron en eficientes cazadores de grandes animales: el mamut, el rinoceronte y el oso, entre otros. Hay restos que indican que enterraban a sus muertos.
El homo sapiens del tipo Neanderthal desapareció hace unos 30.000 años, no así el de África, que siguió su desarrollo.
EL HOMO SAPIENS sapiens
Mientras los Neanderthal vivían en Europa y Ásia, en África oriental el Homo sapiens daba paso al hombre moderno, el Homo sapiens sapiens.
Un cambio físico tuvo una consecuencia fundamental: la laringe se desplazó hacia abajo, permitiendo articular un lenguaje con toda variedad de sonidos que hoy tenemos. Así pudieron comunicar pensamientos y deducciones, ampliaron su capacidad mental, hicieron abstracciones y crearon símbolos, como el arte.
En África habitaron en la sabana, desplazándose en busca de frutas, raíces y tubérculos como complemento de la carne, pobre en grasas, de los animales que cazaban.
Hace unos 70.000 años, en una tercera ola migratoria, algunos grupos dejaron África y se extendieron por el planeta, debiendo enfrentar otros hábitats.